jueves, 30 de octubre de 2008

Les presento a Juli




Hola habitantes de Mondo Rono, les presento a Juli. Bueno, Juli forma parte de Mondo Rono, así que se las presento al resto. O mejor dicho, a la parte del resto que no la conoce. En realidad, no la conocen y de eso se trata el post de hoy. Porque ella dice que está "afuera" de este blog, sin darse cuenta que ella es casi todo lo que tuvo que ver con este blog, es decir Mondo Rono por los últimos tres años.

Juli fue bautizada como Maria Julia. Es es el nombre por el cual la conoce mucha gente.
Juli es de Escorpio, como el Diego, pero no como la carroza, que es de Libra.
Conocí a Juli a través de Mario y Ceci, quienes, como yo, quisieron emigrar y pasaron por varias de las etapas de las cuales les conté en mi segundo post, el del avioncito.

Lo particular es que siendo los dos argentinos, nos conocimos fuera del país y nuestra historia transcurre fuera del país también, aunque no tanto.
Si yo hubiera hecho justicia y hubiera hecho de este post, mi primer post, varios motes tales como pollerudo, maraco, puto relajado, pastel y demás epítetos relacionados con mi falta de virilidad, hubieran caído sobre mí de manera inexorable.
Por lo tanto, esperé (tipo vivo este Rono), aunque la verdad es que hubiera esperado más. El tema es que Juli se enojó porque el blog la agarró de sorpresa. Claro, es lógico, ella nunca anduvo en la carroza y le molesta que yo ande usando el término “reina” a troche y moche.

Aunque en realidad, mis amiguitos, esto no es una respuesta a un comentario (de ser así, estaría en otra sección o no formaría parte del post). Como les digo, esto es una introducción en sociedad, por así decirlo.

Para aquellos que no lo saben Juli y Rono están juntos desde hace 3 años. Durante esos tres años, Rono siempre estuvo entretenido en boludeces fuera de Argentina, por lo que Juli fue la que siempre tuvo que viajar, lo que implica, como se imaginan dejar atrás “cositas” como amigos, familia, etc. Como hizo Rono, con la diferencia que Juli no es la razón por la que Rono se fue, aunque visto a la distancia, hubiera estado bárbaro también.

Juli es el tipo de persona capaz de hacer cosas así y muchas más. Juli es una persona a las que otros, en mayor o menor medida le deben su existencia. Aquí, los más filósofos podrán saltar y decir cosas del tipo “bueno, los presos nos deben la vida porque nuestros impuestos les dan de comer” (lo cual aplica para Cris y Nestor, si se quiere). Pero no, no me refiero a eso, me refiero a cosas más tangibles, donde se nota más la acción inmediata (y sus efectos) de alguien sobre alguien. Algo más parecido a lo que significa ser padres, si se quiere.

Juli es buena por opción, no por omisión. Su sarcasmo es infinito, pero su generosidad también lo es. Sabe regalar, especialmente a niños recién nacidos. Al menos eso es lo que siempre dicen sus madres. Su familia me adoptó como yerno y cuñado, aunque mi familia la adoptó como hija, hermana y nieta porque ella lo genera en cada charla, cada mail, cada carta con foto que manda.

Juli es el tipo de persona que me despierta envidia porque puede generar conversaciones, habilidad de la cual carezco. Aunque, no se queda ahí y genera conversaciones interesantes.

Juli también me genera envidia porque nadie le da la edad que tiene. Todos dicen que tiene muchos años menos. Es decir, lo opuesto a lo que dicen de mí.
De cualquier manera, no voy a seguir enumerando virtudes como si estuviera en un velorio (es difícil tipear cuando uno se está agarrando un huevo). No, para nada.

Este post es para contarles que Juli sigue haciendo cosas por Rono exactamente de la misma manera que el primer día de relación (tipa consecuente, che).
Juli hoy vive en otro país, su país, Argentina, y Rono, no. De los tres aniversarios de relación/pareja/novios que ya cumplieron, dos los pasaron separados. Es una pareja que parece regida por el regimen del 2x1, idénticos a los presos, aunque más feliz.
Así que Juli hoy trabaja para que Rono pueda no hacerlo en caso de que un día de otoño decida regresar a su país, comprarse un perro, dejar que cague en la calle y hacerse el boludo y seguir caminando. Obvio, siempre y cuando Juli no esté cerca, porque en tal caso, Rono va a tener que usar la bolsita, como haría acá, si tuviera perro.

Espero que no pasen mucho tiempo sin conocerla en persona. En persona es más linda todavía.

Rono, el marido de Juli en el país de las mil y una promesas.

miércoles, 29 de octubre de 2008

24 - 1 - 1000



La carroza es como el Diego. Cumple años en octubre. Al menos, años de rodaje, ya que no sé en qué mes nació. Sólo sé que es cordobesa, aunque mendocina por adopción. Su carácter siempre fue fuerte, aunque nunca irrespetuosa. Su andar sereno hipnotizaba a propios y extraños.

No sé quién tiene la fortuna de despertarse a la mañana, asomarse por la ventana y verla descansar. Sólo sé lo afortunada que esa persona debe sentirse. Tan afortunado como yo, por haberla manejado durante más 10 años y haberla disfrutado por más de veinte.

Feliz cumpleaños, bella dama. Un brindis por su majestad del glamour rutero.

24 años de glamour! Una vida! Mil historias.

Body and soul, I'm a freak





Freak, friki, fricón, cuántas acepciones para un término que dice tantas cosas y significa tantas otras. No han sido pocas las veces que pensé “qué hace falta para ser un freak?” sin llegar a ninguna conclusión demasiado contundente. Entiendo que soy un freak, así como también entiendo que siempre se puede ser más freak.

Ahora bien, dejando estas dos premisas de lado, qué rasgos convierten a alguien en freak?
Sin entrar demasiado en la sociología o psicología o alguna otra ciencia que dedique páginas al comportamiento humano, creo que uno de los rasgos comunes que tenemos los freaks es que nuestras características más frikis no son populares. En otras palabras, lo masivo no es freak, o, mejor dicho, hace freak al grupo, no al individuo. Por ejemplo, 45 inadaptados subidos a un paravalancha en la cancha de Deportivo Riestra no son freaks (en lo individual, aunque si en lo grupal) en la Argentina, porque otros varios millones hacen exactamente lo mismo una o dos veces por semana en otros miles de lugares. Ahora si esos mismos lo hicieran en la cancha del Twente, en Holanda, es probable que además de ir presos, sean sindicados por el resto de los espectadores como freaks.

Por lo tanto, empiezo a inclinarme a pensar que cualquier actividad semi-original, semi-exclusiva, semi-privada es freak. Ahora, también hay casos donde los supuestos freaks piensan que lo son hasta enterarse que muchos otros hacen lo mismo. En tal caso, volvemos a mi punto anterior: lo popular no es freak.

Por ejemplo: hay gente que esconde dinero en el freezer. Me parece freak, es más, me parece altamente freak. Es más, muchos ladrones llegan a robar con hambre o sed con lo cual es freak e idiota (haber escrito esto me convierte en freak, pero como ya avisé que lo soy, no sorprende).

Otra particularidad que creo convierte a una característica en menos freak es el momento, es decir, lo circunstancial. Por ejemplo: un tipo manejando por microcentro con un billete en la mano y su mano fuera del auto es un frikon de la hostia. Ahora, el mismo tipo manejando su auto en la ruta, a las 4 de la mañana, volviendo a casa, para entrar a laburar a las 8 y usando el billete como único método posible para seguir manejando sin quedarse dormido, me parece semi-freak, aunque estúpidamente riesgoso.

Algo que también potencia o atenúa lo freak de una característica es la edad de quien la posee. Lo mismo ocurre con quien juzga a quien tiene una característica que roza lo friki. A saber: un tipo que colecciona Lego a los 7 es un copado. El que colecciona Lego a los 27 es un frikon. (aunque a los 57 es menos freak porque uno cuando se pone viejo se aburre mucho más). Lo mismo con el receptor/observador: para un chico de 8 ver a una pareja practicarse mutuamente sexo oral puede ser MUY freak. A los 30 te empieza a aburrir y de freak no tiene nada, salvo que estés en un subte, a las 9 de la mañana. Y ahí ya deja de ser freak, y pasa a llamarse de otra manera y está más claro tanto para la psicología como para el derecho.

Así que entre tantos freaks, conductas frikis y características freak-o, termino pensando que lo mío es más de lo mismo y que me haya pasado 15 minutos escribiendo este post no me hace más freak tampoco. Un alivio, en cierta forma, aunque, por qué ocultarlo, una especie de decepción también.

viernes, 24 de octubre de 2008

Amo sus discos (por favor separense!!!)


Debido a alguna extrañísima razón que no pretendo terminar de entender antes de publicar este post, la mayoría de la música que realmente disfruto viene de bandas (en su mayoría encasilladas dentro del género “rock”) que se separaron o desaparecieron en su pico de esplendor.

Entiendo que no es muy distinto a lo que ocurre con esos deportistas que abandonan la práctica habitual de su deporte cuando todavía tienen algo más para dar desde lo físico, pero nada más desde lo mental.

También hay casos donde las bandas pierden integrantes en confusos episodios etílicos o psico-farmacológicos, algún que otro suicidio o simplemente un bobazo, como el caso de John Entwistle, de los Who –quien para los que no conocen detalles de su fallecimiento, sufrió la tan deseada “muerte celestial”, es decir, con una mujer sentada en su regazo, por ponerlo en palabras aprobadas por la RAE-.

Lo cierto es que cualquiera sea la razón de la pérdida del integrante, muchas bandas deciden que es un buen motivo para dedicarse a otra cosa. Muchos podrán citar casos donde los reemplazantes han tenido dignas labores y fueron bien recibidos por sus fans. Lamento disentir. Los reemplazantes, en su mayoría, no hacen más que mantener la maquinaria publicitaria viva y los discos (o mp3) a la venta.

La verdad es que las bandas que superan los diez años de existencia sin ninguna interrupción, crisis severa o algo por el estilo, aburren. No me aburre la música vieja, de otras décadas. Me aburre la música de las bandas que tienen más de una década. Ni hablar de los dinosaurios del rock. Venerados por muchos, respetados por unos cuantos menos, no hacen más que vender humo. Son idénticos a los ya vetustos ejecutivos de las antiguas discográficas, solo que sin el traje de Armani (al menos en escena), y con cierta dosis (nunca mejor usado el término) de tatuajes, sangre reciclada y botox.

La justicia, no presente en este post, me obliga a hacer una salvedad y hablar de la única excepción a esta regla: Bowie. El único que es capaz de reinventarse, sin autoplagiarse.

Para terminar y para no dejarlos con la sensación de que mis gustos son snob y lo “mainstream” es rechazable solo por serlo, aclaro que sí disfruto de los shows dinosaurios. Son lindas obras de teatro multimediático (en su mayoría) y me entretienen a lo loco. Ahora, la música que elijo escuchar, sentado, con una copita de Campari y un buen libro es otra.

Señores de mediana edad: Rono no los escucha más, solo los va a ver cuando andan por el barrio, como para pasar un rato macanudo y escuchar a alguna que otra banda soporte que seguro tiene un par de discos que no figuran en ninguna lista, por suerte.

Salud, amantes de las revoluciones sónicas de todas las décadas.!

miércoles, 22 de octubre de 2008

Por qué nos vamos los que nos fuimos?




La situación en la que actualmente me encuentro -o cualquier otra, en realidad- me lleva a pensar y hacerme la siguente pregunta: qué nos motiva a movernos de nuestro lugar de origen y desplazarnos -por voluntad propia- a otros lugares? (hago la salvedad para dejar afuera a todos aquellos que se mudan obligados por un padre, una tormenta, una ley o todas esas juntas) Es decir, por qué nos vamos los que nos fuimos?

Todos encontramos razones que nos dejan tranquilos, aunque suelen ser más frecuentes en nuestro discurso aquellas que convencen y dejan tranquilos a los demás. Respuestas como "experimentar", "encontrarse a uno mismo", "re-inventarse" suelen estar relacionadas con personas cuyo equilibrio emocional es cuestionable e incluso reforzado por algún producto de venta ilegal y/o bajo receta.

Entonces, todos, o casi todos, buscamos atajos y jugamos seguro. "Hierro 3 al medio del fairway", diría mi nuevo viejo amigo Norm. El ejemplo, por demás visual, habla de hacer una movida segura, que aparente firmeza, convicción y al mismo tiempo, mucha fuerza de voluntad.

Algunos eligen "estudiar", otros prefieren "un laburo afuera" y otros conocen a ese alguien que convence a todos los de su círculo más íntimo que el riesgo de dejar todo atrás está más que justificado.

Lo que estas respuestas no revelan es esa necesidad que todos tuvimos de dejar a los receptores de nuestras respuestas atrás. En algunos casos de manera explícita y comprensible, aunque en otros, oculta e indescifrable.

Sería fantástico poder revisar cada uno de esos casos y encontrar que todas son historias "felices", aunque todos sabemos que no es así. Tampoco tiene porqué serlo. Lo ideal, en realidad, es que sean historias, no episodios. Que tengan una continuidad y puedan funcionar, al momento de llegar a su fin, como disparadores de grandes decisiones, pero más importante aun, que sirvan para mantener esa ambición (cómo me molesta la gente que confunde ambición con codicia! Sorry, en algún momento iba a saltar) que nos llevó a pensar que "aquella" movida era la mejor alternativa.

Hablo de llegar a un fin, cuando, en realidad, la mayoría nos vamos con cierta certeza de que la historia, contrario a que lo que muchos imaginan, no tendrá fin y será simplemente la primera etapa, la de transición, del resto de nuestras vidas. Lo cierto es que algunos deciden ponerle fin. En algunos casos, la historia tenía fechas y cuando estas se cumplen y llega el momento de hacer balances, muchos optan por el regreso. Otros, por el contrario, encuentran en el proceso recién terminado la excusa perfecta -ya sea por un "fracaso", un gran "éxito" o algo inesperado- para comenzar otro inmediatamente.

En definitiva y después de mucho pensar, mucho charlar, mucho leer y mucho tiempo sin destino fijo -la gente grande diría "al cuete"-, llego a la conclusión de que lo que nos vamos somos bastante difíciles de satisfacer, somos bastante inconformistas y parte de ese inconformismo viene de nuestra situación en ese momento. Por otro lado, hay una buena dosis que nos llega desde nuestro potencial destino y nos termina seduciendo al punto tal que terminamos embarcados en planes que, vistos a la distancia, apasionan a los más románticos, emocionan a los que celebran lo épico, pero que al mismo tiempo, despiertan risa en los más cerebrales.

La sigo en cualquier momento, porque tratandose de mí, seguro me quedó algo por decir.

Rono

martes, 21 de octubre de 2008

"Yo no tengo un blog!"



Durante muchos meses, años en realidad, fui de los que renegaba de los hábitos, costumbres y tendencias de la gente a la hora de comunicarse usando Internet como canal.

Si bien sigo siendo un firme opositor de Facebook, algo totalmente irrelevante tratandose de un ámbito que convoca a más de 200 millones de personas por lo que uno más o menos a esta altura del partido no mueve la aguja, empecé a entender que los blogs son espacios distintos.

Si bien Facebook puede usarse para "bloggear", lo cierto es que el que usa Facebook no necesariamente se interesa en blogs y lo que uno pudiera postear se perdería en un mar de fotos de gente con un millón de amigos.

Por eso y porque el tiempo que no pierdo en Facebook prefiero perderlo acá, en mi mundo, Mondo Rono, es que hoy inauguro mi blog.

Y para qué quiero un blog? Necesito un blog? Me sirve un blog? Bueno, no sé, son muchas preguntas y hoy no me levanté con tantas respuestas. Lo que sí creo que es lo voy a usar bastante, sobre todo para compartir con los otros habitantes de Mondo Rono que no se llaman Rono cosas que muchas veces son difíciles o demasiado estúpidas como para poner en un mail.

Y por qué el primer post de Mondo Rono tiene una foto de una aurora boreal? Porque en Mondo Rono hay de todo, por ejemplo, auroras boreales.

Espero que todo aquello que aparecerá en este blog provoque emociones. A mí me servirá para otras cosas.

La sigo pronto con un post en serio. No, en serio, así para ponerse serio, no. Un post que no sea una introducción sin sentido. Un post post. Un post pulenta. Un post posta. Porque post es, entre otras cosas, posta en inglés, así como posta es, entre otras cosas, post en castellano, por esas cosas que tienen los idiomas de compartir, pero hasta ahí.

Rono