domingo, 31 de enero de 2010

Un mes particular en un lugar particular




Hoy es 31 de enero. A este mes le quedan unas 6 horas de vida. Es más, en ciertos lugares, a esta hora, ya es febrero. Es mi primer post del mes. No es casualidad. Digo, no es casual que el único post del mes llegue el 31. Es a propósito. Es "a drede" como se dice por este lado del globo.


Precisamente de este lado del globo quiero hablar. No soy ajeno. No soy extranjero. A pesar de todo, a veces me siento raro. Me siento encerrado en un lugar sin rejas. Pero no me dura ni un minuto. Miro al costado y la gente me parece presa e inmediatamente me siento mejor. Es raro. No suelo conformarme por comparación con otros. Sin embargo, ciertas experiencias son irreversibles y uno queda marcado para siempre.


Qué sentido tiene escribir acerca de esto? Hacia dónde va este post? No sé. Me senté a escribir a partir de una idea no nueva, pero sobre la cual rara vez reflexionamos: por qué en Argentina no se hace nada en enero? Será porque durante el año trabajamos más? "Ja! Muy bueno, ahora contate uno de suegras!" No, claro que no es por eso que nos pasamos un mes mirando al cielo, con los ojos cerrados, esperando un color que lo único que nos asegura es un cáncer doloroso.


Será porque en enero hace demasiado calor? No parece más que el de un julio en Irak, Egipto ó nuestra más cercana España. Sin embargo, ellos vacacionan mucho más espartanamente.


Será que nuestras leyes o nuestra historia nos obliga a hacerlo? No parece venir por ese lado tampoco. Si de costumbres fuertes se trata, México sólo se compara con Argentina en esto de tirar por la borda un mes entero, aunque en el caso de ellos, sí hay razones más históricas de fondo y no lo hacen en enero, sino en diciembre y sólo la primera semana de enero, basándose en feriados super arraigados que disparan "puente" tras "puente" tras "puente", una suerte de sucesión interminable de borracheras que anestesia a un país que no precisamente sobresale por la rapidez de mentes.


Pero los argentos, rapiditos y todo, no parecemos muy enojados con esto de perder un mes, más bien todo lo contrario. Es más, es curioso como los argentos expatriados, muy a pesar de cuanto jefe, mentor, director y cuanto personaje tenga alguna autoridad sobre ellos, también adoptan esta postura y viajan a la Argentina por unas vacaciones (del frío) muchos más largas de lo que aquellas cabecitas boreales podrían recomendar.


Lo más curioso de todo esto es, desde mi modesto punto de vista, que si bien a Argentina no le vendría mal un toque más de empeño (en promedio) a la hora de encarar laburos de cualquier índole, esto de tomarse un "sabático" después de 335 días de rutina parece hasta hacer bien.


Y mirá si después de todo, después de tanta holgazanería e improductividad, esto que no sé que es no termina siendo la razón por la que tantos optamos por estar y tantos otros del Norte se sienten como se sienten a pesar de estar donde están. No entendiste? Hmmm, puede ser que estés necesitando unas vacaciones.