Casi seis meses pasaron desde la última aparición online de Rono. El clamor popular, la radio-pasillo, rumores de posibles enfermedades terminales, enredos de cama, affairs con estrellas de Hollywood y demás razones hacen que hoy Rono decida tomar el toro por las astas y responder a tantos interrogantes de la manera que mejor sabe hacerlo: no respondiendo nada.
No voy a enumerar los hechos, ni públicos ni privados, que acaecieron desde aquel último post de mayo. En ninguno de ellos está la razón de tamaño parate. Nada podría explicar semejante huelga de palabras. Simplemente decir que la motivación a veces puede ser una mina bien putita. De esas que sólo seduce, de una manera extremadamente sugestiva, sin llegar a concretar nada. Así es como funciona mi motivación últimamente. Pega panfletos, escribe en los fanzines de mi cabeza acerca de cosas que van a pasar, pero cancela el show en el último segundo.
A veces, la vida nos pide un break de nuestra agobiante rutina. El tema es ¿cómo hace Rono para necesitar un break si no sólo que su rutina no es agobiante, sino que ni siquiera tiene una rutina? Existe tal cosa como el burnout por no hacer nada? Existe tal cosa como el querer hacer algo que uno no sabe qué es, aunque eso implique agotar recursos que uno ni siquiera sabe que tiene?
Son muchas las preguntas. Muy pocas las respuestas. Este, por ejemplo, podría ser el último post de acá a otros seis meses. O no. Quizás sea la reapertura de un espacio que supo despertar sensaciones placenteras. Un espacio de reflexión acerca de cosas de las cuales nadie tiene ganas de reflexionar. O quizás simplemente sea otra movida más de Rono en busca de algo que algunos llaman felicidad y Rono conoce como Dove de chocolate con ganache.
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