Pocos saben del gusto de Rono por el deporte motor. De hecho, este será el primer post con relación al tema. Lo que pasa es que es gusto, no pasión, por lo que tampoco es para levantar mucha polvareda al respecto.
El gusto de Rono viene claramente de familia. Abuelo y padre muy adeptos al manejo a veces adrenalínico hicieron que Rono adquiera cierta tendencia por los autos y algún que otro gusto por poner en peligro su vida detrás de un volante.
Lo que nunca estuvo presente, sin embargo, fue la práctica a modo de deporte. Ganas no faltaron, pero al ser una actividad primero que nada cara, y luego altamente peligrosa, el tenis, las compus, los libros y demás distracciones ocuparon su lugar.
Ayer me invitaron a probar un karting idéntico al de la foto y la verdad, no la iba a dejar pasar. Por lo que me acomodé la jogginetta de las tres tiras - como para no arruinar ningún lompa de los más paquetes, esos para comer sushi - y me fui derechito a la pista.
Al llegar al lugar me llevé la primera de las sorpresas de la tarde: entre los que probaban -era un entrenamiento no oficial - solamente dos pilotos no tenían una jogginetta como la mía. Sí, igual. O a lo sumo negra y no azul marino como la de Rono.
La segunda sorpresa fue que en mi cuerpo no había ninguna sensación negativa, de ningún tipo, ni siquiera de ansiedad. Solo contemplación y placer por lo que estaba viendo, escuchando y oliendo.
La última de las sorpresas llegó al final y a modo de confirmación: el karting es la quintaesencia del automovilismo en cualquiera de sus formas. Nada lo supera en pureza. Es tan genuino que no limita casi en nada. Edad, peso, raza, religión, ideología, nada. Nada te deja abajo de un karting. Quizás lo económico, como tantas otras cosas.
Lo cierto es que Rono se sintió muy cómodo, como en casa, entre muchos otros tanto o más enfermos que él, pero por sobre todo, tan privilegiados por vivir en este planeta en la misma era que el karting. Una coincidencia y una no convencionalidad de esas que tanto le gustan a Rono.
1 comentario:
Juampiiiiii! Como andás? Como anda la ciudad de la furia?
Ya probaré lo del karting cuando se dé, por lo cual, probablemente sea nunca (de mi familia vino de todo menos pasión por los autos...). En cualquier caso, llevo el jogging en la mochi.
Un abrazo,
X.
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