jueves, 28 de mayo de 2009

El encanto de lo no convencional



Somos una raza. Nos gusta lo diferente. Lo no normal. No sé si nos gusta tanto ser diferentes o sentirnos diferentes. Quizás sí. O solo a veces. De cualquier manera, incluidas nuestras personalidades o no, nos seduce lo extraordinario. O lo inusual.

Por ejemplo, estoy escribiendo este post en papel. En los tiempos que corren, esto es claramente no convencional. Lo escribo en un cuaderno, mientras viajo en colectivo. Escribir mientras viajo no me parece muy extraordinario, pero miro a mi alrededor y no veo a nadie hacerlo. Muchos escuchan música, otros tantos leen, pero no distingo escritores en esta multitud.

Lo no convencional es que son las 3 menos cuarto de la mañana. Es decir, no es una hora muy "para escribir". O sí. El colectivo va a Sunchales, Santa Fe, Argentina. Destino no convencional.
Nos convoca la docencia. Una actividad importante para cualquier sociedad, pero poco convencional cuando se trata de profesionales que estudiaron (formalmente) cualquier cosa menos ciencias de la educación. Otra no convencionalidad.

Y en el medio de tanta extraordinariedad, lo mío no deja de ser un viaje de laburo, casi como cualquier otro. Con sus bemoles, pero nada loco, nada del otro mundo. Igual, yo me quedo con mis no convencionalidades y lo bien que me hacen sentir. Como por ejemplo, disfrutar de mi trabajo. Una no convencionalidad de aquellas.

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