sábado, 19 de diciembre de 2009

Generación PPT/PPS



Todos los conocemos. Sin excepciones. Nadie puede decir que nunca los sufrió. Ellos están ahí desde el día que nació Internet. Son un grupo que, contrario a lo que indicaría la lógica, crece día a día.

Levantan banderas que pretenden salvar al mundo y en el camino, infectan nuestras compus hasta el punto de arruinarnos días enteros de trabajo (y nuestras vidas). No son muy jóvenes, pero sienten que lo son cuando actúan frente a sus compus. Según datos extraoficiales de la RonoPedia, tendrían entre 40 y 70 años. No hay distinción de sexos. La distribución de la población es 50/50 hombres y mujeres.

Dicen no saber lo que hacen, pero mezclados entre sus filas están aquellos que son la peor escoria. Los llamados “generadores de contenido”. Esos hijos de mala madre que cuando leen “haga click aquí para agregar título” no tienen mejor idea que hacerlo y con ello desatan la tormenta perfecta.

Se amparan en la estética, las buenas fotos, la música suave y la armonía para crear armas de destrucción nociva. Y son increíblemente expertos para distribuirlas con una eficacia que es motivo de análisis en universidades, deliveries de pizza y dealers de paco.

No, no mires para otro lado. No te hagas el que no sabe de qué estoy hablando. Sí sabés. Porque un buen día vos también apretaste “Reenviar”. Sos tan cómplice como cualquier otro. Sos parte de la red de la Generación PPT/PPS.

Es probable que nunca hayas generado contenido. También podría creerte que a esta altura de tu vida y habiendo tenido que formatear tu disco duro por culpa de ellos los detestes. Sin embargo, no haces nada al respecto. Te entiendo. Tenés muchos seres queridos entre ellos. Y lo afectivo te bloquea. Me pasa. Nos pasa. Los queremos matar, pero no podemos.

Y como la vida sigue y tenemos cosas más importantes de qué ocuparnos, simplemente metés sus correos en la lista de spam y buen día te dicen “te mandé los documentos que me pediste la semana pasada, te llegaron?”. Y vos llevás una semana esperando ese mail, pero no podés decir nada porque sabés que lo mandaste al agujero negro de los power points y ya es demasiado tarde para quejarse.

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